La propuesta es abrir un espacio de investigación sobre la propia potencia, pararse en un lugar donde uno pueda sentir que está en una zona luminosa, creativa, expansiva. La invitación es animarse a entrar en esa zona de cada uno, que tal vez, aun no se conoce, y que habla más de uno mismo que las propias ideas que uno tiene acerca de uno mismo. Para eso hay que estar disponibles al movimiento, dispuestos a la prueba, la búsqueda, la entrega, el famoso proceso creativo, donde el acento estará puesto en el proceso de búsqueda y no, en el encuentro de un resultado. Una invitación a pararse desde el presente, a descubrir què me hace estar presente, que mecánica personal tengo que poner en funcionamiento para encontrarme con mi espacio expresivo. La dinámica de trabajo es grupal pero el proceso es individual, esto es que trabajamos con lo que cada uno tiene en cada momento. No hay evolución en masa, no damos el próximo paso de la mano. No somos todos iguales, mas bien, somos todos diferentes, y eso es lo que vamos a respetar en cada clase. Lo genuino en cada uno de nosotros.
Desde esta perspectiva, planteo trabajar lo actoral, lo expresivo, lo creativo…la herramienta que se usa en las clases es la improvisación, solo como una herramienta, capaz de acercarme a mi mundo interno (expresivo y artístico, no autobiográfico) a mi juego personal.
Trabajando en un clima festivo, de confianza y alegría. Con una técnica y una mecánica que sostiene esta posibilidad. La actuación es una de las disciplinas artísticas, según mi criterio, más expuestas, con lo cual considero muy valioso pararse desde una zona de confianza para poder mejor asumirla.
